La Pascua de los judíos estaba cerca, y Jesús subió a Jerusalén, y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados.Y haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas;y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio. Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: EL CELO POR TU CASA ME CONSUMIRA. Juan 2:13-17
La palabra intercambio es una palabra clave en el evangelio y forma parte integral de nuestras vidas en el momento que reconocemos nuestra condición de pecador delante de Dios, nos arrepentimos y decidimos creer en Jesús y obedecer sus mandamientos.
Primeramente Jesús es intercambiado por nosotros, siendo El inocente va a la cruz por nosotros, Dios intercambia a su Hijo el cordero inmolado por sus enemigos, despúes vemos el intercambio que se da después de esto es que al Señor convertir nuestro corazón nos intercambia a su vez la mente de Cristo, una nueva criatura es dada a luz, lo viejo es intercambiado por lo nuevo.
Debemos ser cautelosos con este intercambio, porque estas transacciones sólo pueden ser hechas por nuestro Señor. En el momento que tomamos una "sencilla paloma", léase un pecado que creemos insignificante y la intercambiamos, corremos el riesgo de caer en el pecado del intercambio de una verdad, por una mentira. En el momento que me apropio de algo insinificante sin permiso estoy haciendo una transacción ilícita en el mercado espiritual y está puede terminar siendo un lazo del diablo.
Las cosas grandes están formada de cosas pequeñas y tal vez insignificantes. Cuidemonos de ser buenos administradores en los negocios de nuestro Padre.
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