18.10.10

Hacer justicia, y amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios

miércoles 16 de diciembre de 2009

Hacer justicia, y amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios

Un día meditaba acerca de Miqueas 6:8, el cual dice: "Oh hombre, El te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios".

Decía... Wow Señor! y es que verdaderamente es tan sencillo!!!

Todo está escrito. Todas las preguntas que nosotros podemos hacernos Dios ya ha revelado las respuestas. Qué es lo bueno?, Señor qué Tú quieres de mí?, El lo ha declarado y aunque muchas veces, por nuestra naturaleza caída, nosotros veamos las cosas de Dios difíciles, es fascinante como El nos instruye como a niños, poniendo esta fómula de vida en una sola oración... una sencilla oración, lo único que Dios pide de nosotros es: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Entonces pensé:

Yo no hago justicia, la hace mi Señor en mí, mi responsabilidad es vivir en El para que la justicia sea. Mis caminos son torcidos y oscuro, El trae rectitud de corazón y luz a mi caminar.

Por otro lado, amar la misericordia significa tener pasión por ella, verla como la primera opción tan sólo al momento de máquinar algo en tu mente, ya sea un juicio, tomar una decisión o ejecutarla.

Es tener un corazón dador. Dispuesto a entregarse como se entrega a un enamorado la primera vez, como si fuera el primer día, todos los días.

Es no querer darle al otro todo lo que se merece, más pagarle bien por mal, aunque haya tenido consecuencias.

Es amar a Dios, ponerlo a El delante de todo y elegir su camino por doloroso, íncomodo o difícil que parezca.

Amar la misericordia, sólo en Cristo es posible, porque sin El nada podemos hacer.

Por último, El pide de nosotros que reconozcamos que El es Dios. Vivir una vida en constate humillación, no vaya a ser que siendo justo y amando la misericordia nos creamos que somos El.

1 comentario:

  1. anita dijo...
    Que profundo...casí me ahogo, de verdad muy buena reflexión...

    29 de enero de 2010 09:11

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